Altos costos del cine obligan a pareja a meterse mano en kioskito de quemaditos
Es sabido desde tiempos ancestrales, o lo que es lo mismo, desde que Tibisay está en el CNE, que las parejas jóvenes en Venezuela, al no tener una solidez económica que les permitiera tener un hogar propio o pagar un hotel para comenzar sus relaciones sexuales, usaban el cine como una opción para tocar sus cuerpos. Sin embargo, el incremento en los precios para disfrutar del séptimo arte, ha obligado a parejas como la de Gabriel Fuentes y Ana Verónica Quiroz a tener que frotarse sus partes en sitios aún más deprimentes, como un puesto de venta de películas piratas.