Impulsados por los decrecientes precios del petróleo, las compañías petroleras más importantes del mundo se reunieron el pasado lunes para buscar la manera de aumentar el valor del crudo. Hoy, a tempranas horas de la mañana, anunciaron su solución: iniciar una nueva guerra sin sentido aparente en el Medio Oriente.

Con unas breves palabras, Carl-Henric Svanberg, Director de la petrolera BP, dio el giro inicial al biombo que contenía los nombre de los países preseleccionados para una guerra. “Henos aquí reunidos, preocupados por esta leve, pero constante baja en los precios del crudo, que sumado a una posible crisis financiera en Europa, nos podría dejar en un muy mal año. Por eso, hemos decidido activar nuestro usual protocolo de guerra para mantenernos estables por los próximos cinco años. Bueno, ¡Aquí vamos! ¡Aquí va, aquí viene!” Anunció con emoción Carl antes de leer los nombres. “Y los preseleccionados son: Irán… Irak… y por supuesto… ¡Siria! Bueno, entonces ahora pasaremos a la fase de votación donde elegiremos al gran ganador y su posible atacante; aunque este año le debería tocar a Alemania que se vienen haciendo los pendejos desde 1945.”

Por su lado, el Presidente de Petróleos de Venezuela, Rafael Ramírez, también aprovechó su momento de voto para dirigir unas palabras a los invitados. “Desde la salida de George Bush, ningún Gobierno ha querido impulsar una guerra de verdad; una guerra que suba los precios del petróleo. Lo de Libia fue muy leve y apenas nos dio un empujón. En Venezuela incluso intentamos inventar una guerra con Colombia para ver si subíamos el precio del crudo, pero fracasamos. Las tanquetas tardaron dos días en llegar a la frontera y luego Juanes hizo un concierto. Todos sabemos del poder de veto que tiene Juanes en la cofradía corporativa internacional, tuvimos que respetar su palabra. Por ello, mi voto va para Siria, una guerra con ellos desataría el apoyo de Rusia lo que podría llegar incluso a amenazas nucleares. Esto sería clave, ya que tengo campaña presidencial en casa.” Culminó Ramírez mientras gritaba “¡GRYFFINDOR!” y ninguno de los asistentes entendía lo que pasaba.