Rosendo Jiménez, seguidor del oficialismo, pidió el día libre hoy en el trabajo para prepararse con calma para la transmisión en vivo de la cumbre de Unasur. Compró cotufas, cervezas, y desde la mañana apagó su celular, prendió la tele y se dispuso a ver cómo el presidente Chávez le daba “medio guariney al apátrida de Uribe y a sus pedazos de bases imperialistas de mierda”. Y la verdad, se decepcionó bastante.

“Yo juraba que esta cumbre seria distinta a todas las demás, pero debo decir que siento que me vacilaron” afirmó Jiménez. “Se dijeron las mismas vainas, y al final no pasó nada, un regañito de Lula, se tomaron la foto, firmaron una pendejada ahí y nada. Ni siquiera se rieron de los chistes de mi Comandante” comentó el decepcionado chavista.

Jiménez sospecha que detrás de este aburrimiento e indiferencia podría estar la mano de la CIA, sin embargo la única evidencia que mostró para reforzar su punto fue una servilleta con anotaciones hechas por él mismo en la que destacaba un dibujo del presidente Chávez y una mancha de café.