La eliminación de los Leones del Caracas, logro alcanzado ayer gracias al esfuerzo físico de no más de 20 jugadores del equipo Navegantes del Magallanes, fue celebrada por miles de fanáticos que lo único que hicieron para contribuir con la causa fue tomar cerveza como unos desaforados.

Nuestro pasante subpagado estuvo ayer en un local de Las Mercedes, donde se reunieron caraquistas y magallaneros para participar en el importante evento deportivo. «¡Los eliminamos, no joda! ¡No nos vieron vida! ¡¡¡Los e-li-mi-na-mos, papá!!!» gritó, completamente borracho, Alfredo Martínez, mientras trataba infructuosamente de chocar los cinco con uno de sus amigos al terminar de ver el partido de ayer. «¡Chamo, jugamos demasiado bien! Todo nos salió perfecto, le metimos 10 arepitas por ese pecho. ¡Arepa, arepa, arepa, arepa!» exclamó Martínez, visiblemente eufórico, segundos antes de caer dormido sobre la mesa, en lo que parecía un coma etílico.

«Somos los mejores. ¡Los mejores, coño! Ya va, échate un pelo para atrás, que no puedo respirar bien. Ajá, como te venía diciendo, dejamos todo en ese terreno» comentó orgullosísimo Rubén Rojas, mientras trataba por cuarta vez de levantar de la silla sus 120 kilos de peso, para ir al baño y aprovechar que estaba de pie para celebrar el triunfo de su equipo. «Bueno, aún no hemos ganado, pero dejamos por fuera a los Leones. Ya eso es como haber ganado. Antes que te vayas, hijo, pásame ese manicito ahí, el mío. Y si puedes, amárrame el zapato derecho, de pana.»

Conversamos también con los fanáticos caraquistas, que manifestaron su dolor por no haber podido hacer más por la causa de los Leones. «No sé, pana. Nos quedamos cortos» se lamentó cabizbajo Gustavo Medina, caraquista de pura cepa. «Quizás hemos debido pedir otro tobo de Soleritas, o haber pedido los dedos de mozarella. Bueno, qué carajo. Será para el año que viene».