Toro Sadomaso se pronuncia a favor de las corridas
En un suceso que causó revuelo entre defensores y detractores de las corridas de toros, Ácido, un toro sadomaso de la Ganadería «Los Andes», convocó a una rueda de prensa para pronunciarse a favor de las corridas, especialmente aquella que lo incluyan a él.
Ácido, quien iba ataviado con un extraño conjunto de prendas de cuero que anteriormente fue su mamá, se mostró firme en su posición: “De verdad no veo cual es la lloradera de mis colegas en cuanto a las corridas. Tan divino que es intentar cornear ese torero y que te claven esa espadilla en el lomo… ussssss, huy no, se me pone la piel de gallina, que rico pana. ¡Dígame cuando el torero va a caballo! No, no, no; eso es para acabar de una: uno que ha sido una perra mala, que se ha portado tan mal, y de repente viene ese jinete imponerte disciplina montado en ese caballo, vestido con unas telas coloridas y llamativas y después el torero con esa espada, que corta la piel exquisito. ¡Huy no, qué dolor, qué vaina tan divina, coño!” exclamó el extraño toro mientras veías unas fotos de una punta trasera en internet.
Por su parte, la Federación de Toros en Contra de Que Nos Vuelvan Mierda (conocida como MUUU, ya que los toros son incapaces de ponerle siglas a nada) se pronunciaron en contra de Ácido, acusándolo de degenerado: “Las declaraciones del esperpento ese van en contra de cualquier tipo de lógica, en contra de la moral y la decencia.
¿Cómo va a ser patrimonio de nada que tu estés tranquilo comiendo tu pasto y espantándote tus moscas y de repente te saquen a un ruedo lleno de borrachos que quieren ver como te desangran hasta la muerte? ¡Pero por favor, es obvio que es una brutalidad! ¿Si se lo hicieran a un humano sería patrimonio? No, sería un crimen, pero es que el ser humano es tan egoísta siempre. Sigan comportándose así: ¡las verdaderas bestias son ustedes! Hoy, por ejemplo, mi esposa amaneció tranquila y de repente, sin haber hecho nada malo, estaba conectada a una maquina que le sacaba toda la leche, ¿por qué? ¿Y mi becerrito? ¿Qué come ahora?” se preguntó el toro que no entendía lo que decía porque no reflexiona.