Señor habla con vigilante para quitarse la culpa de su diferencia de clases
La lucha de clases sociales se vio debilitada hoy, luego de que Adolfo Martínez, gerente de una conocida marca de seguros, hablara con el vigilante de su edificio para no sentirse tan mal por la brecha social que los separa.
Nos dirigimos al lugar de los hechos para hablar con Martínez, el cual se mostró satisfecho con la conversación frívola que habría entablado con el vigilante, del cual no pudo recordar el nombre: “Coye vale, fue bien interesante saber que también tiene cosas que decir. Hablamos de política y todo. Me sorprendió mucho saber que no es chavista; yo como lo veía pobre, pensaba que seguro se la pasaba en la Av. Bolívar comprando legumbres y neveras de esas baratas que vende Chávez” comentó el gerente, mientras revisaba su maletero.
“La verdad que me siento contento, porque uno tiene que estar conciente de que uno no es mejor que nadie. Yo por ejemplo, tengo amigos que no hablan con los vigilantes. Yo si, porque soy una persona simple y sobre todo muy humilde. Quiero demostrar que puedo ser amigo de cualquiera, y eso lo demostré con… ¿cómo es que se llama? ¡El otro día el me dijo su nombre! Bueno pues, con el vigilante” sentenció Martínez.
Quisimos obtener declaraciones de Rafael Gutiérrez, nombre del vigilante, al cual le preguntamos sobre su relación con Martínez: “Mira mi pana, acá viven doscientos pendejos igualitos. Salen encorbatados todas las mañanas, montados todos en las mismas camionetas. Para mi es imposible distinguir a uno del otro: algunos me hablan e intentan ser panas, e incluso alguna doña hasta comidas nos trae. Puras sobras. Cuando uno lleva acá metido 18 horas en esta caseta de 3 metros por 3, trabajando 1 día entero para librar otro, lo menos que quiere es hablar con un gafo de esos. Igual se agradece la cordialidad, no sé cual es ese Martínez… ¡ah sí, uno medio moreno! Sí, si, ya se quien es: a la mujer de él siempre la viene a buscar un chamo en una camioneta y la trae de nuevo antes de que el llegue. Ese es Martínez, lo había olvidado. Buena gente, el tipo.” aclaró el vigilante mientras recortaba a la jeva que salió en la contraportada de Meridiano para pegarla en su cartelera.