El joven lleno de esperanza y franelas con las axilas manchadas, Eduardo Gómez, se cansó de lavar a mano y compró una lavadora de última generación con funciones wifi, bluetooth e infrarrojo, las cuales permiten ver novelas, conectar altavoces e incluso jugar Fornite con las perillas. Sin embargo, Eduardo no consideró que para que funcione debe tener internet, agua y luz al mismo tiempo, lo que en Valle de La Pascua y el resto de Venezuela es un milagro que ni José Gregorio Hernández con una cisterna de agua bendita podría conceder.

“Bueno pero nada es imposible, ¿verdad? Yo recuerdo que una vez sí tuve agua y luz al mismo tiempo como por 30 segundos”, aseguró Gómez, quien por ahora está usando su lavadora para guardar las ollas. “Es que lavar a mano era todo un proceso porque tenía que montarme en el techo para llenar los tobos en el tanque de agua, bajarlos para mojar la ropa y echarle bicarbonato con destapa cañerías a las franelas para quitarles ese tufo de 17 horas sin luz en este calor. Yo tenía como 15 años ahorrando mi sueldo de community manager para comprar la lavadora, así sin escatimar, y ahora resulta que para que funcione necesito llenar el tanque con agua de lluvia, cuadrar una planta eléctrica y compartir todos mis megas mientras hace el ciclo de enjuage”, concluyó Gómez antes de poner Caso Cerrado en 4K a través de su lavadora nueva.