En la Urbanización Bosque Cimas de las Terrazas de las Colinas del Ávila & Boutique, un grupo de treintones se reúne diariamente para darlo todo en la cancha y evitar pasar el mayor tiempo posible con sus familias. Sin embargo, a pesar de estar horas corriendo, pateando y gritando las groserías más horribles jamás escuchadas, ninguno de los miembros de esta comunidad ha logrado pesar menos de 100 kilogramos. 

Rafael Maldonado, autodenominado líder del grupo, aprovechó el medio tiempo para comerse un sándwich de pernil y ofrecer declaraciones a los medios: “No entiendo por qué si venimos todos los días de la semana: lunes, martes, miércoles y viernes, todavía parecemos el Hipopotamos Fútbol Club. Todas las noches llego sudaíto de pies a cabeza a la casa, me tomo una cervecita, duermo, y al día siguiente sigo igual de gordo, lo mismo le pasa a Julián, Carlos, Fabrizio, Rodrigo y a su esposa que es muy celosa y siempre lo acompaña a jugar. Yo creo que tenemos que jugar más fútbol, voy a renunciar a mi trabajo para tener más tiempo”, afirmó Maldonado minutos antes de romper en llanto porque su franela de Cristiano Ronaldo se manchó de Sriracha.