Para el joven Luis Manuel González, de 13 años de edad, hoy 23 de enero ha sido una ocasión propicia para pasarse la mañana entera añorando los buenos tiempos de la época perezjimenista que nunca vivió, pero de la que siempre escucha de boca de su abuela.

Hablamos con González por pura curiosidad, imposibilitados como estábamos de levantarnos de la silla sin saber adónde terminaría todo su discurso: “Chamo, esos sí eran buenos tiempos, ¿sabes? La época de mi General. Coño, una época de decencia, de valores, de moral. Ya me gustaría a mí que volviera un gobierno así, en el que uno podía tomarse su curdita relajado, despertarse todos los días a las 11 e irse a la playa sin rollo, sin temor a que un comunista le robara a uno las córneas. Estos que gobiernan ahora son un desastre, por eso es que siempre digo que aquí hace falta es un militar, ¿me explico? Claro, como Pérez Jiménez. Sin él este país no tendría autopistas, ni universidades, ni teleféricos, ni tiendas Zara ni matas de araguaney ni oxígeno para respirar. ¿Tú sabías que Pérez Jiménez construyó él solo la isla de Margarita? Esas épocas sí eran buenas, las del nacionalismo libertariano tachirense castrense patriótico real y serio, donde no le tenían tolerancia a la inseguridad ni a los malandros ni a los ñángaras ni a los enchufados. Deberían volver esos días, sí que los extraño”, concluyó el puberto, ignorando por completo el hecho de que probablemente lo hubiesen metido preso si alguien lo acusaba de cualquiera de las cosas a las que tanto teme.