"A mí me gusta el picante" asegura venezolano en México antes de fallecer por salsa de color naranja
Con mucho pesar, cumplimos con el penoso deber de reportar el lamentable fallecimiento de Francisco Medina, un caraqueño que emigró a la ciudad de México. Después de haber manifestado a un grupo de amigos a viva voz su amor por el picante, Medina falleció hoy, segundos después de comer un tamal al cual había puesto una salsa anaranjada llamada PicorPicorRojitoMaldito.
Hablamos con César Patiño, amigo cercano de Medina, con el que fue a comer esta tarde: “Estoy en pálida, marico. Medina apenas tenía unas semanas aquí en México. Estaba todo emocionado, decía que aquí iba a poder comer picante todos los días. Yo le dije que no era tan emocionante si no tenías un baño cerca, pero nada lo detenía. Así era Francisco. Le advertí que hay unas salsas aquí que no son tan inofensivas como parecen, que al principio no te pican y después te revientan la tráquea. Él, terco como siempre, no me hizo caso. Seguía insistiendo en que su amor por el picante era indestructible. Me siento culpable, responsable por esto. Le dije que no le echara tanta salsa a sus tamales, pero no me quiso escuchar. Después de ver cómo le puso a sus tamales esa salsa, siento que he podido hacer más, no sé, derramarle la Coca-Cola en su plato o algo, para que no se lo comiera. Pero ya era muy tarde. Le había puesto 4 goticas de PicorPicorRojitoMaldito. Sufrió un infarto, pero por lo menos murió haciendo lo que más le gustaba” concluyó Patiño, quien consumió 98 latas de refresco después.