Mientras conversaba con sus amigos argentinos sobre la crisis económica que vive ese país, Miguel Mejías, un señor venezolano residente en Buenos Aires, argumentó que “él sabe todo lo que va a pasar porque él venía del futuro, él había vivido en Venezuela”, lo que lo convirtió automáticamente en una persona inmamable que compara dos países y dos contextos totalmente distintos.

La transformación de Mejías en esa persona insoportable y pedante ocurrió delante de los ojos de sus propios amigos, mientras removía un mate con el meñique: “Muchachos yo lo ví: los rojos dañan todo, esto ya se está poniendo como Venezuela, hay que irse de una buena vez. Primero te ponen un control de cambio loco para que compres dólares a precio preferencial, después te ponen a enviar carpetas y un poco de trámites locos. La comida empieza a escasear, el papel toilet, la leche, la harina pan para los panchos, todo. Además de que seguro pronto va a haber un apagón porque sabes cómo son estos K que no hacen nada por las plantas eléctricas. Yo lo que te digo es que estés preparado, compres dólares, euros, nada de pesos porque seguro en unos años no va a haber ni billetes”, finalizó Mejías mientras era expulsado por decimoquinta vez de un asado por atorrante.