Malandro que trabaja desde casa se roba el teléfono, la moto y pide dinero por su propio secuestro
Para evitar el esparcimiento del coronavirus en Venezuela, se recomienda guardar 9 metros de distancia incluso con tus amigos imaginarios, evitar salir a la calle y trabajar desde casa. Sin embargo, esta medida dificulta la labor de muchos como el caso de Jonathan García, un delincuente y secuestrador de Caracas que ha tenido que cometer crímenes contra él mismo para mantenerse activo durante la cuarentena.
«Mano, esta cuarentena me la pone bien difícil, oíste. El malandreo es mi pasión, un arte y yo no me puedo quedar sin trabajo de un día pa’ otro. Tengo ya varios días sin sacar unos telefonitos, robar unos carros o secuestrar gente. Pobres carajos temblaban más que gelatina de piñata, pero era lo que hacía para ganarme el pan, pues. Ahora esta gripe tiene asustada a todo el mundo, incluyéndome. Al principio tenía chance de robarle el celular a quienes salían al mercado o qué sé yo. Pero después esas calles solas me daban miedo a mí. No, no, yo no quiero coger una gripa de esas. Así que para mantenerme activo hice senda estrategia. Me fui al espejo y me grité ‘¡suelta el bicho!’, me robé el propio teléfono. Me robé mi Empire, le di una vuelta y la dejé en un rincón. Papi, después me auto secuestré a mí mismo como tal. Una locura, bicho. Me pedí un poco ‘e plata, di un tiempo límite para que me trajera los cheles y me dejé botado todo doblado y llorando en el baño. Hay que sobrevivir de una manera u otra, jefe. Mañana ya veré qué hago, capaz me clono la tarjeta o me estafo por teléfono», expresó Jonathan, antes de tocar Color Esperanza soplando su pistola en su ventana.