La economía venezolana está pasando por un proceso de severa contracción en combinación con una altísima inflación. Una consecuencia indirecta de esto es el empobrecimiento del ciudadano, que cada tiene menor poder adquisitivo para costear esas actividades cotidianas a las que estaba acostumbrado. Este es el caso del señor Pedro Fuentes, quien al ser increpado por su esposa por una posible infidelidad le respondió con un sincero: “¿Infiel, yo? ¿Con qué plata, mi amor?”.

Nuestro pasante subpagado —pasante de nuestra empresa de día, freelancer en las madrugadas y analista contable en sus tiempos libres— habló con el señor Fuentes, quien en todo momento subrayó que ser infiel es un lujo que en Venezuela quedó para ministros y enchufados: “Mi mujer no entiende que para ser infiel hay que tener dinero, eso no es tan fácil así. Por lo menos debes tener para sacar a la otra a pasear, ir a comer y pagar un hotel y de 3 opciones, no tengo para ninguna. ¡Porque ni pagar un cuarto de hora en el hotel me da el sueldo! Esta crisis ha hecho que muchos hombres nos hayamos regenerado y ahora seamos fieles a nuestra esposa, por que es la única que podemos mantener. Y de vainita”, aseguró Fuentes, mientras le pedía plata a nuestro pasante para llevarle un detalle a su mujer.