«Soy trumpista. ¿Y qué?». La confesión del señor Rogelio Quintana, que dejó boquiabiertos a todos los miembros de su familia, venezolanos residentes de Doral, no fue lo más sorprendente de la velada; mayor fue la estupefacción que causó al revelar que lo hacía «para sentirse como en casa».

El anuncio ocurrió sin previo aviso, mientras servían la cena de los Quintana: «Pues sí, voy por Trump. Es que aquí lo que hace falta es un gerente, y ese tipo es millonario, malo no debe ser. Y de mano dura; mira como se malandreó al Putin ese, no le comió coba. Además es de aquí de Doral, aquí tiene su campo de golf» dijo Rogelio, mientras batía el record de hacer llorar a sus 2 hijos con una sola frase.

La reacción de su familia no se hizo esperar. «Pero bueno, Rogelio, chico, reflexiona un poco» trató de argumentar Mireya, su esposa. «Tú has visto todo el daño que el populismo hizo en Venezuela, te expropiaron la finquita, te quebraron el negocio, yo me quedé sin trabajo, tuvimos que salir corriendo del país —y agradece más bien que salimos a tiempo, mira como se puso eso allá de feo— todo ‘gracias’ al populismo. ¡Y ahora vienes tú con los santos riñones de salir a decir que apoyas al rolo de loco este? ¿Y delante de tus niños? ¡No se supone que tú tienes que darles el ejemplo!» afirmó Mireya, segundos antes de tumbarle la gorra de Make America Great Again a su esposo con una arepa.