Históricamente la avenida Bolívar de Caracas ha sido la sede de los grandes actos promocionales del chavismo; y en vísperas de las próximas «elecciones» presidenciales del 20 de mayo, las cosas no podían ser distintas. Es por eso que el actual y próximo presidente Nicolás Maduro —o como Cilia lo conoce, «¡Sale pa’ allá mijo!»—, realizó hoy su cierre de campaña en esta enorme avenida, la cual llenó por completo gracias a que colocó una tarima gigante, que abarco todo el espacio en donde debería haber habido gente si su popularidad no fuera la misma que la de un hombre que patea pugs.

A pesar de que en el evento solo estaban presentes miembros del gabinete presidencial, algunas señoras pidiendo casas o real —o casas y real—, un vendedor de cerveza Polar Ice y tres gatos –literalmente–, Maduro ofreció un exacerbado discurso. “Aquí estamos otra vez, pueblo de Venezuela, ¡llenando estos casi dos kilómetros de avenida de revolución! Es que miren, que bonita se ve la avenida Bolívar repleta de amor, y amor del bueno, como el que yo siento por las chocochitas con salsa tártara. Ver este llenazo sólo me hace pensar en una cosa y es que el próximo presidente de Venezuela se llama Nicolás Maduro; es decir, yo mismo, pero lo dije de esa manera porque estaba hablando en segunda persona. ¿O es cuarta persona? Igual eso no importa, lo que importa aquí es que todos y cada uno de ustedes saldrán este domingo a votar por mí para que luego el CNE anuncie mi aplastante victoria por más de 68 millones de votos ¡Que viva la…! Ay, se me olvidó, pero ustedes saben”, sentenció Maduro, mientras se montaba en un segway con rueditas para recorrer la tarima gigante.