En la entrega de esta semana de nuestra sección Turismo, vamos con uno de los destinos predilectos de esas personas a las que les encanta desconectarse del mundo, y aprovechar que están rodeados de la más hermosa y exuberante naturaleza para llenar sus pulmones de aire puro con aroma a tabaco, entregarse en total abandono al mágico ritmo de ancestrales tambores que enaltecen a Yemayá… o simplemente montarle un trabajo al desgraciado ese. Estamos hablando de las montañas de Sorte en el estado Yaracuy.

Ficha técnica: nombrado Monumento Natural el 18 de marzo de 1960, para proteger su flora y fauna / Ese mismo día ya habían matado 10 gallinas / Los días de San José, de la Virgen del Carmen y el 12 de octubre son los días de mayor afluencia; hay que hacer cola para escupir el aguardiente / Su entrada principal es por Chivacoa, estado Yaracuy / su salida principal, mejor no preguntarla / Temperatura promedio: 26 grados centígrados / Bosque húmedo tropical con muchas especies endémicas, todas aptas para ser sacrificadas.

El Monumento Natural “Cerro María Lionza tiene las perfectas condiciones para acampar, hacer senderismo o entregarse a deportes extremos como rappel, escalada o ritos que involucren sacrificios de animales.

Su envidiable clima cálido lluvioso te hará dudar si lo que te está mojando es la lluvia o un guamazo de caña clara.

Uno de sus principales atractivos es su privacidad. Es difícil que en este lugar te consigas a algún amigo, compañero de trabajo o familiar que pueda dañar tus vacaciones, a menos que andes en vainas raras.

Posee una tienda de souvenirs llenas de artículos turísticos como: muñecos vudú, huesos de gallina, esencias esotéricas para atraer dinero o amarrar a tu esposo (que si se entera que andas en esas, claro que va a correr).

Sustancias como la ayahuasca no son permitidas, pero ningún guardaparques va a entrar ahí a decirte nada. Eso sí, por regulaciones de Inparques, si te haces pupú encima debes recogerlo con una bolsita y botarlo en los sitios señalados.

De esta montaña nacen tres ríos: Yaracuy, Chorro y Charay, cuyas aguas son ideales para lavar ropa blanca.

Gracias a los escupitajos de ron y caña clara, las tierras irrigadas por los ríos se encuentran entre las más fértiles del país. (Para lo que vale, con todas esas fincas en manos del Gobierno ahí no crece nada).