Contrario a la creencia popular, Semana Santa no es una celebración para convertir La Guaira en Sodoma y Gomorra, sino para acercarse a Cristo. Esto es algo que el señor Alfonso Albarrán entiende a la perfección, por eso para evitar caer en el pecado durante estos días sagrados, obligó a sus dos familias a comer pescado el Viernes Santo.