Hoy, y después de haber contraído Dengue, Chikungunya, Zika y otra enfermedad que estamos seguro es de transmisión sexual, volvió nuestro pasante subpagado a quien le encargamos hace 6 años a abrir una empresa sin la ayuda de un gestor en Venezuela. Esto fue lo que nos contó:

“Tenía apenas una semana trabajando aquí, todavía mis tareas eran servir café y aguantarme las jodas de los demás -lo típico de un pasante- cuando me asignaron esta trabajo. Sabía que no iba a ser fácil, pero ¡Coño! Tarde casi un año en darme cuenta que sin un chocolatico nadie me iba a atender y todo esto oyendo el soundtrack oficial de los ministerios: Bachata ochentera. Cuando por fin logre meter mis papeles me di cuenta como otras personas que habían pagado pasaban por encima de mi. ¡Que impotencia! Todo esto mientras aprendía que no debía sacar el teléfono en la calle o como bañarme con tobitos.” aseguró nuestro pasante mientras le recordábamos cuál es su puesto en la empresa mandándole a hacer un guayoyo.

A pesar de este desgarrador relato nuestro pasante se sinceró y confesó la verdad. “Al tercer año no aguante más y pague un gestor. Eso papeles salieron rápido. Ya me sentía en ambiente ¡Todo mejoró! Use esa empresa para sacar dólares, embarace sin querer a la hija de Magalis -una secretaria- de 16 años con la que no me case, pero mantengo al chaval. También entendí que el béisbol es solo para beber y que cuando alguien te dice ‘ahorita’ es que va a tardar en hacer algo. No se porque, pero toda esta situación me gusta. Es más, renuncio, ahora me dedicare al bachaquerismo” dijo nuestro chigüipasante justo antes de ofrecernos unos pasajes baratos a España.