El Presidente ecuatoriano Rafael Correa, aprovechó la reunión de sus similares, Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro, para probar un método conciliatorio entre ambos, amarrándolos barriga con barriga hasta que dejen de pelear.

“Maduro es abrazador y le encanta el contacto humano, porque él es así, grandote. A Santos que tuvimos que dormirlo con unos sedantes para que aceptara acercarse a Nicolás”

–Rafael Correa

Correa explicó que la técnica la aprendió de un tío cuando era pequeño. “Así nos ponía mi tío Javier, amarraditos panza con panza hasta que dejáramos de insultarnos.  Agradezco la cooperación de ambos presidentes que aceptaron someterse a esto, aunque uno más que otro. Sabemos que Maduro es abrazador y le encanta el contacto humano, porque él es así, grandote. No tanto a Santos que tuvimos que dormirlo con unos sedantes para que aceptara acercarse a Nicolás. Pero lo importante es que lo hicieron. Ahora, tan pronto terminen de pelear los suelto para que se vayan a sus países a seguir haciendo de las suyas”

Maduro, que a diferencia de Santos si quiso declarar, aseguró que “yo hago lo que sea por hermanar nuestros países. No como Santos que me acusa de que tengo violín y no me he bañado. Yo sí me bañé. Ayer, pero lo hice. Santos, mírame a la cara, no te molestes porque te escupo sin querer, depón esa actitud y seamos una sola nación, la venezolana, dile ya a tus paracos bachaqueros que dejen de molestarme mientras veo Peppa Pig. Basta ya” dijo Maduro mientras Santos pedía un pañito para limpiarse de la frente la saliva de Maduro.