Desde el día de ayer Ángel Ramos, un abogado caraqueño de 30 años, ha estado enloqueciendo a familiares, amigos y seguidores haciendo comentarios sobre la situación de Siria a través de sus redes sociales, a pesar de que no tiene ni la más puta idea de qué es lo que sucede en realidad en ese país del Oriente Próximo.

Inundando la red con tweets como “Qué indignación con lo que pasa en Siria”, «Es que esa cosa de los palestinos no podía terminar bien» y “Se nos viene encima la 3era Guerra Mundial, compren pilas, atún y pasitas que tienen todos los nutrientes que necesitan”, Ramos ha hecho que muchos de sus seguidores, que tampoco tienen la más remota idea sobre el conflicto, recurran a él como fuente de información, lo que ha creado una bola de nieve de habladera de paja sin sentido. Status de Facebook como “Bueno, yo soy un tipo al que no le gustan las guerras. ¡Fuera Israel de Siria!» y «Me parece que en el mundo debería reinar la paz, la armonía, como lo decía Mahoma en la Biblia; por eso es que me da arrechera que entre Obama y el ruso este, el que parece que lo hubiera cagado un pájaro en la frente, vengan a meterse en la vaina. Seguro llegan los EE UU con sus armas químicas a joder a los sirios, como siempre, a sacar petróleo, ¿no? ¡Fuera gringos de Teherán! ¡Siria se respeta!”, sirvieron para que Ramos expresara sus sentimientos sin decir absolutamente nada.

Luego de dos horas de darle RTs y likes, tratando de llamar —en vano— la atención de Ramos para entrevistarlo, nuestro pasante subpagado logró contactar a Carolina Ortiz, ex novia de Ramos. “Yo hablé con él anoche y estaba molestísimo, me había dicho que en Siria habían usado unos rayos láser o un baygón o una cosa así, no recuerdo bien, y que ahora habían mutantes por todos lados. La vaina me impresionó tanto que lo busqué en Google, leí un par de artículos serios sobre la situación de allá y me di cuenta que de pana Ángel está meando fuera del perol, es un hablador de guevonadas, por eso fue que lo dejé… bueno, por eso y porque me había dicho que no usáramos anticonceptivos porque si hacía pipí después de hacer el amor no quedaba embarazada, y ahora estoy esperando su hijo”, aseguró Ortiz.