Venezuela toca fondo, se va mucho más abajo y descubre más petróleo en el camino
Luego de la escabrosa sesión parlamentaria de ayer, en la cual se lanzaron acusaciones homofóbicas, se regularon precios que no deberían regularse porque van a aberrar el mercado y se hicieron sospechosos movimientos en el gabinete económico, Venezuela continuó su camino cuesta abajo, luego de haber tocado el fondo. El problema es que en las nuevas profundidades en la que se encuentra el país sumergido aparecieron enormes reservas de petróleo y coltán; lo que permite a los expertos asegurar, con pesimismo, que nuestras maldiciones pueden continuar por otros 200 años más.
«En efecto, de acuerdo a nuestros estudios, Venezuela tocó el fondo hace ya algún tiempo, en algún punto entre 2002 y 2006; pero el país continuó descendiendo, a un ritmo constante, a profundidades nunca antes exploradas por el hombre: un estrato ya más cercano a la lava y el magma que a la roca sólida» aseguró Eduardo Mujica, geólogo del Instituto de Batimetría Política de Venezuela. «Un complejo estudio hecho con sonares y tecnología láser nos permite asegurar que en la profundidad en la que se cayó Venezuela luego de la sesión de ayer, se hallan nuevas reservas de crudo extrapesado, lo que puede prolongar la mamarrachería y la maldición que representa la política actual por los próximos 200 o 300 años. Sí, lo sé, perdón por traer esta mala noticia» afirmó Mujica, mientras intentaba disimular una pequeña lágrima que rodó por su cara.
En la misma cápsula usada para rescatar a los mineros chilenos, enviamos a nuestro pasante subpagado al centro de la Tierra para conversar con Venezuela, e intentar conocer su opinión sobre el estado en el que se encuentra actualmente. «Oye, vale: yo la verdad no sé que le he hecho yo a los venezolanos para que me hayan dejado caer tan y tan profundo. Yo que les he dado de todo, mis riquezas, mi clima constante, mis paisajes… ¿Y así me pagan? ¿Tú no sabes el calor que hace aquí abajo? Y yo que ni siquiera Mum Bolita me eché antes de salir» confesó el país, visiblemente magullado y aporreado, a más de 3.000 kilómetros de profundidad. «Lo que me provoca es ponerme a temblar para ver si puedo sacudírmelos a todos ustedes de encima. No se merecen todo lo que hago por ustedes»