“No, gracias”, dijeron los habitantes de las cercanías al volcamiento. “Si hubiera sido un camión de Oreo normal o la del tipo americana, ahí sí nos hubiéramos lanzado a saquear. Pero no de vainilla, asco, yo no sé para qué las siguen sacando. Creo que solo existen para hacer malos cotillones en las piñatas, amenazar a los niños en los supermercados y decepcionar a los invitados. Y mira que yo te he saqueado hasta camiones de níspero, de helado ron con pasas y hasta de Miramar”, comentó Francisca Mujica mientras ayudaba a devolver los empaques que se salieron del camión.

Rafael Uzcátegui, gerente de distribución de las famosas galletas, aseguró sentirse dichoso de que el volcamiento no haya resultado en daños mayores. “Afortunadamente, no pasó nada. El conductor quedó vivo y el cargamento está intacto. Así las Oreos podrán ir a los mostradores para que nunca nadie las agarre o las metan sin querer en el carrito, para que los consumidores se den cuenta que las agarraron cuando ya están metiendo la comida en la alacena”.