El 2024 definitivamente fue el año; no sabemos si el tuyo, pero sí el de los Tiburones de La Guaira, quienes nos obligaron a engavetar los chistes que hacíamos sobre ellos luego de ganar el campeonato de la LVBP y la Serie del Caribe. También fue el año de ver cómo el gobierno se gastó el presupuesto comprando drones chinos que desde el cielo pintaban una paloma a los maestros que exigían un mejor sueldo, de ver los derrames petroleros que afectaron a los Reyes de las Olas, a Nemo y hasta a Moana y por último ver a los policías haciendo su agosto en las alcabalas a costa de cualquier persona que remotamente les dé la pinta de marihuanero.

Este año fue como una arepa cabimera: ¡tuvo de todo! En Estados Unidos vimos como El Tren de Aragua se afianzó y pronto hará su triunfal aparición en GTA VI; fuimos testigos de los 15 minutos de fama de Leíto Oficial, y vimos a tu papá —que según lo último que supiste de él, vive en Charallave— celebrando el triunfo de “su catire” Trump como si fuera el triunfo de los Tiburones. 

Vimos cómo Los Roques terminó de convertirse en un santuario protegido para la especie que se ubica en el tope del cadena alimenticia de nuestro país, la misma especie que inhala polvo rosado por sus narices y que celebra la apertura de la tienda Zara más grande de Latinoamérica en el país más pelabola de Latinoamérica. ¿No sabes quiénes son? Son los mismos que asistieron en butacas VIP a los conciertos de Karol G, Luis Miguel y Maluma en el Estadio Monumental de Caracas.

Pero si de algo hay que hablar este año, es del mes de julio; ese fatídico mes donde vimos cómo el chavismo perdió unas elecciones que se jugaron en su tablero, con sus fichas, sus dados, sus reglas y hasta sus árbitros. Se dice que el boletín con los resultados que leyeron lo imprimieron en la única impresora Canon que no se robaron del CNE. Hasta el sol de hoy, no han mostrado ni un resultado por mesa; el gobierno puede decir con confianza y transparencia que tiene más presos que actas. Existe mucha expectativa sobre el 10 de enero, pero lo único que sabemos de ese día es que al día siguiente será el 11, y después vendrá, con un poco de suerte, el 12. 

Siempre suyo, El Chigüire Bipolar.

¡Feliz año nuevo!