Las mejores noticias del 2020
2020, el año pasado te dijimos que tenías la barra bastante alta. La cagamos. La cagamos porque ya desde el mismo enero pasado debimos suponer que venías mal, con los videos de hombres mexicanos cantando Tusa, hemos debido sospecharlo. Enero nos sirvió también para ver cómo el chavismo contrataba científicos rusos para crear sus Nuevos Opositores™, agrupación de donde salieron personas como Luis Parra, Claudio Fermín y Henri Falcón.
Ahí mismo recibimos una sorpresita que el gobierno chino nos tenía preparada desde noviembre —o por lo menos es lo que se sabe, a lo mejor fue desde antes— y ese regalito nos ha mantenido en casa encerrados por todo este tiempo, creyéndonos chefs y haciendo ejercicios en balcones. Nos aprendimos a lavar bien las manos; el puñito, el saludo de pelotero o el abrazo adeco fueron sustituidos por un simple “hola” y las llamadas por Zoom con jefes, amigos o los primos terceros que viven en Perú fueron las que marcaron la pauta al inicio de la cuarentena.
Sin embargo, no todo quedó ahí, pues al mes siguiente Black Lives Matters emergió para dejar unas conversaciones con argumentos bien chimbos por parte de nuestras abuelas y tíos, las colas de gasolina aumentaron para hacer que todos los venezolanos que quedan — ¿catorce?— se conocieran entre sí y por alguna razón Cinex pensó que era una buena idea lanzar un autocine con películas que se estrenaron en 2018 en Cinecanal.
Este año prosiguió con la muerte del bolívar —solo usado para pagar diferencias, parqueros, y tus diferencias con parqueros—, la gasolina iraní que dejó como saldo millones de Optras en el taller, una larga sucesión de presidentes peruanos y una vacuna rusa que aún no sabemos si es un placebo.
Pero todo lo malo termina, y 2020 no es la excepción. Cerró con Guaidó consultándole —otra vez— a los venezolanos si no quieren vivir en dictadura, Capriles indignado con Maduro, y Trump perdiendo más elecciones que la oposición venezolana. A la vuelta de la esquina nos espera 2021, un año que va a tener que esforzarse para ser peor que su antecesor. Aunque si algo hemos aprendido en Venezuela es que lo difícil puede terminar pasando… y fácilmente.