«Algo tiene que pasar acá». Esa es la frase que usa Rodrigo Fuentes, vecino de Caracas, cada vez que lee las noticias; especialmente en los últimos meses. Pero en esta ocasión la pronunció cuando le trajeron sin leche el café con leche que pidió en una panadería en el CCCT y, para su sorpresa, lo que pasó fue Stephanie Flores, una modelo y aspirante a actriz que está bien buena.

«¿Tú has visto esa vaina, bróder? Uno pide un café con leche y se lo traen sin leche, desde hace meses es el mismo cuento. ¡Por eso es que yo te digo una cosa: algo tiene que pasar en esta vaina, Dios m…! ¡Uffff, mírate ese culo, el mío! ¡Cómo lo menea!» fueron las palabras de Rodrigo, cuando su queja se vio interrumpida por el paso de la espectacular catira. «Ajá, como te venía diciendo, esto es insostenible. La cosa se está poniendo difícil; tengo rato leyendo los tweets de la Bicha, que dice que en los cuarteles se tiene que estar cocinan… ¡Pffff, por Dios, píllate esos cocos de esa muchacha! ¡No entiendo cómo es que estamos sin leche! ¿Y qué está pasando aquí, pues? ¿Abrieron aquí una academia de modelos? ¡Mu-cha-cha, so-si-etá-rrri-co!» comentó Fuentes, con los ojos desorbitados, como cuando leyó que la inflación acumulada del 2013 ya va por 45,8%.

Sus familiares y amigos lograron confirmarnos que Rodrigo está desde hace años esperando que algo pase, pero hasta ahora, lo único que parece pasar son las muchachas que habitualmente se bucea. Su mamá, Magalys, así lo dice: «Sí, Rodrigo siempre dice eso, pero nada pasa. Aquí en este país lo único que pasa son las carricitas esas que se bucea a cada rato. Cuando vamos a comprar periódico, en la cola de comprar harina PAN, cuando vamos saltando de abasto en abasto tratando de hacer un mercado decente o cuando sale a buscar repuestos para su taxi. Rodrigo se la pasa leyendo esta cosa del Tuister y siempre se indigna, dice que algo tiene que pasar y lo que termina pasando son estas perras sucias que se le meten por los ojos. Yo cada vez que lo veo en ese plan le meto tremendo pellizco y le digo «cuidado y por andar con esa buceadera me llegas un día con una barriga en la casa, Rodrigo. Mira que ahorita no hay leche para carajitos».