El Chigüire Bipolar explica el trapo rojo
«Ya está la oposición desesperada, ¡qué risa me dan! Decían que si Chávez va a subir la gasolina, que si Chávez devalúa antes de abril, que si Chávez se había almorzado a un niñito en Caucagua. Ahora como los dejé con las ganas, dicen que lo que se anunció era un simple trapo rojo. Esto SÍ es un trapo rojo, ¡por el amor de Dios! Entiéndanlo de una vez, yo siempre gano, soy el Schumacher de la política ¿Así se dice Aristóbulo? ¿O es eschumajer?» fustigó ayer el presidente Chávez a la oposición durante su programa Aló Presidente.
Pero si las medidas económicas anunciadas el sábado no fueron un trapo rojo, ¿cómo podemos catalogarlas?. El Chigüire Bipolar, consciente de lo difícil que es entender los anuncios del presidente cuando comienza a divagar, compró 10 combos de pollo en brasa con hallaquitas, unas Soleras Light y reunió en su sala situacional a un selecto grupo de políticos y economistas para tratar de digerir los anuncios y comunicarlos a su audiencia e una manera diáfana y clara. Esto fue lo que salió de esa reunión.
1.- El Gobierno no devaluará el bolívar. «Claramente, dejarán que se devalúe él solito. Cuando a final de años valga menos, el bolívar será acusado de traición a la patria. Acuérdate de mí. ¿Tu comes alitas?» sostuvo el economista Antonio Echevarría, profesor universitario de Economía. «Si no te vas a comer esa alita, pásamela para acá».
2.- El Gobierno no incrementará la gasolina. «¿Gasolina? Gasolina parece esta Solera, ¿no había una más caliente?» abrió su disertación sobre el tema el economista Facundo Luque, experto en macroeconomía. «El gobierno sabe que jugar con gasolina es peligroso. Por eso mantienen eso así, prefiere correr la arruga y dejar que una próxima administración se enfrente a esta volátil situación. Claro, pero el presidente fue enfático: como no va a existir más nunca una próxima administración, podemos estar seguros que en el año 2100 seguiremos pagando 0,90 bolívares por litro. Lo difícil va a ser conseguir para los pobres bomberos conseguir 99.999.999,10 bolívares fuertes para darte el vuelto cuando compres un litro con el billetico de 100 millones de bolívares fuertes. Te tendrán que dar 15 toneladas de caramelos.»
3.- El IVA pasa de 9% a 12%. «El IVA estaba en 15%, luego pasó a 14,5%, luego a 12%, luego a 9%, ahora pasa a 12% otra vez. Con esto está el gobierno claramente le hace al pueblo como a los niñitos cuando van a darle palo a una piñata: nos vendan, nos dan 5 vueltas y nos dejan mareados. Creo que se persigue que nadie sepa a ciencia cierta cuál es la alícuota a cobrar, para que al final por ahí puedan distraernos y cobrarnos siempre lo máximo posible. No se extrañen que en una futura oportunidad, para generar mayor confusión, le cambien el nombre a AVI, o a VIA, a VAI o a IAV.» Al ser consultado sobre cuál podría ser el motivo que tendría el gobierno para crear esta zozobra en la población, la economista Carla Castillo fue enfática: «Guasacaca. Sin eso no puedo comerme la hallaquita».
4.- Se recortarán los gastos suntuarios. Tomás González, vocero de Un Nuevo Tiempo, afirmó que esta era una medida ampliamente esperada por todos. «Sabemos que es bastante tarde, pero ya tenía que parar esa regaladera a Bolivia, a Cuba, a Nicaragua y a Argentina». Un unánime murmullo de aprobación pareció darle la razón a González, pero este murmullo fue provocado cuando descubrieron que una de las raciones de yuca asada trajo coleadas unas papas fritas. Sin embargo, la conmoción duró poco, cuando habló en representación del PSUV una diputada que prefirió mantener el anonimato, porque temía represalias de saber que había ido a una reunión en un órgano reaccionario como El Chigüire Bipolar. «La regaladera no va a parar, porque para nuestro entender, regalar plata a nuestros aliados no es un gasto suntuario. Suntuario es un yate, una avioneta privada, una botellita de 18 o una camisa con las iniciales bordadas en el bolsilo: cinco mil millones de dólares, no.»
5.- Venezuela se endeudará en 22 mil millones de dólares. «Esta medida no nos afectará mucho -afirmó la diputada anónima del PSUV- porque total, el dólar cada vez vale menos. Así que reconozcan que esta medida es una jugada maestra, brillante. Además, aquí aplicamos el mismo criterio: tradicionalmente, los gobiernos se han endeudado y le dejan esa papa caliente a las futuras administraciones. Pero como aquí ya no va a haber más gobierno, resuelto el problema: se mataron dos pájaros de un solo tiro. Igual que hizo aquel señor que está allá, que ya lleva dos pollos y sigue comiendo». Este último comentario ocasionó la protesta airada de Hermann Escarrá, quien pidió que le pusieran sus dos pollos para llevar y abandonó el local, visiblemente molesto.
6.- El salario mínimo aumentará un 20%. «El gobierno sabe que este aumento no alcanza para comprar nada, pero como tener capacidad adquisitiva es un vicio capitalista y, por lo tanto, está muy mal visto, espera que el pueblo no se moleste mucho». Con estas palabras comenzó su intervención Luis Alberto Morejón, quien pidió permiso por improvisar su análisis, ya que esto le tocaba al gordo Escarrá. «Un aumento de 20%, en la visión geopolítica bolivariana, es, por decir lo menos, un aumentazo. Todavía el gobierno sigue sosteniendo que el salario mínimo es el primero de Latinoamérica, pero lo que no se ha dicho es que debe ser el primero pero de atrás para adelante». Los presentes aprovecharon para felicitar a Morejón por su intervención, lo que le dejó lleno de satisfacción y de huellas de aceite en la parte trasera de su camisa.
7.- Revisión de los salarios públicos. Llegó el turno de Argimiro León, representante de los empleados públicos, que no ocultó su descontento. «Pongo mi propio caso como ejemplo: siendo Director en el Banco Central, ganaba hace apenitas tres años cuarenta y cinco millones mensuales. Hoy gano un sueldo mensual de 100 mil. Eso, si las matemáticas no me fallan, es una rebaja de más de 1000%, ¿no? ¿Qué más nos van a rebajar?» exclamó indignado. Luego de que uno de los presentes le explicara la relación entre el deterioro de su sueldo y el cambio al bolívar fuerte, dijo que con razón en el banco le ponían caras locas cuando reclamaba que de su cuenta se perdía plata siempre y dijo que pagaría una rondita de soleras, para que no dijeran nada: «Eso sí, una sola, que el mesecito y medio en Europa no se paga solo, no señor».
E.C.