TOP10: Otros usos para el armamento militar
Criticar sin aportar soluciones es una tarea estéril. Por eso, ya que aparentemente las mil millonarias compras de armamento militar no van a terminar nunca, quisimos poner nuestro granito de arena; para conseguirle alguna utilidad real a estos armatostes que diezman nuestro presupuesto nacional.
Hacer alcabalas súmamente incómodas
Las ya clásicas alcabalas de conito y chalequito fosforescente, que infunden pavor en la ciudadanía, se verán mucho más imponentes si las aderezamos con tanques, lanchas anfibias y aviones de guerra. Esto además traerá ahorros a nuestra Fuerza Armada, ya que en vez de gastarse 50 o 100 disparos de FAL en acribillar a quien no escuche la voz de alto pueden despachar al infractor con un solo misil tierra-tierra.
Tunearlo y ponerlo a hacer piques en la autopista
Por más obsoleto que sea el armamento militar que adquirimos a los rusos, seguro podrá vencer en un pique de 800 metros a un Corsa o a un Ford Fiesta tuneado. Este empleo recreacional puede dar inicio a una nueva generación de Pastores Maldonados o Robertos Dettos, que llenen de orgullo las venideras páginas de los libros de historia del deporte nacional.
Usarlos para combatir la pobreza
Para nadie es un secreto que la democracia venezolana se ha trazado como meta acabar con la pobreza. Y el armamento militar puede ser una herramienta perfecta para esto. Pero no, no vayan a creer que esto es un llamado a un genocidio o a una solución radical y sangrienta; las personas menos afortunadas pueden hacer carrera limpiándole los vidrios a los Sukhoi en los semáforos, mientras se dirigen a los piques de la autopista, por ejemplo. O podrían crearse cooperativas que se dediquen a usar las fragatas para transportar temporadistas a las playas más remotas del país, o que usen a nuestros submarinos para torpedear cazones.
Para hacer desfiles que nos distraigan de los problemas reales
Varias veces al año sacamos al armamento a la calle para poder tapar la ineficacia de nuestro gobierno. Reconozcámoslo: ver surcar por los cielos a nuestros aviones y helicópteros nos hace maravillarnos y sorprendernos, especialmente si nos preguntamos cómo hacen para volar esas taras sin repuestos. Cada adjetivo épico que nos suelta el locutor de turno nos sirve para olvidar, al menos por breves momentos, la arrechera que sentimos al saber que todo ese dinero podría estarse usando en algo realmente útil.
Usarlos de antena para robar WiFi
Con un cablecito más aquí, y otro menos allá, los modernos sistemas de navegación de nuestros equipos bélicos podrían convertirse en unas antenas gigantes de WiFi, que nos permitirían chulearnos la señal de internet de nuestros países hermanos que sean tecnológicamente más avanzados, como Belice, Surinam o Haití. En caso que estos países nos descubrieran y le pusieran password a su router, podríamos incluso, si nos atrevemos a soñar en grande, usar estos avanzados sistemas para llevar a todos los rincones de nuestra geografía nacional las rapidísimas velocidades de conexión que nos ofrece el ABA de CANTV.
Tenerlos ahorrados para cuando se nos acaben las reservas
Algunos países guardan sus reservas en oro; otros en monedas sólidas y estables como el euro, el oro, el yen o el bolívar fuerte. En una novedosa apuesta a futuro, Venezuela está innovando al invertir nuestro tesoro en armamento militar; en las bóvedas de nuestro Banco Central mantenemos guardados con celo una colección de modernísimo armamento bélico. Gracias a su constante revalorización, esto nos permitirá seguir derrochando y dilapidando la plata cuando se nos acabe el petróleo, los dólares, los taxis piratas y los cupcakes.
Usarlos para llevar a los nietos del general a comer fresas con crema en la Colonia Tovar los domingos
Fieles al legado de Bolívar y a la ya larga tradición neutral de nuestra historia republicana, los modernos aviones de la Fuerza Aérea podrían ser utilizados con fines pacifistas. Los Sukhoi podrían emplearse, por ejemplo, para que los hijos del general puedan ir los domingos con sus novias y amigos a la Colonia Tovar, a comer fresas con crema.
Usarlos de transporte para cuando el Metro falle
Cada componente de la Fuerza Armada puede usar su costosísimo material bélico para ayudarnos a llegar a nuestros trabajos cuando falla el Metro, lo que lamentablemente ocurre con bastante frecuencia. Si nuestros valientes soldados creen que esto desmejora su importantísima misión militar, podríamos asignarle un nombre de esos rimbombantes con los que suelen inflar sus egos, con algo como Misión Bolivariana de Movilización Civil Subterránea para Casos de Contingencia.
Esperar a que se oxide para meterlo en algún museo militar
Enfrentemos la realidad: vivimos en un país tropical, donde llueve cada dos días. Si a esto le sumamos 1) que no se han construido más bases porque no hay cemento ni cabillas, y 2) que todos los años seguimos comprando más y más aparatos inútiles de estos, tarde o temprano se nos empezarán a acumular en algún peladero de chivo e inevitablemente se oxidarán. Por esto, un buen uso que podríamos darle sería meterlos en algún museo militar, para celebrar nuestras glorias pasadas y nuestra falta de contraloría.
Usarlos para que alguien se gane una comisión bien jugosa
Este es el fin último de todo esto. Que nuestros pequeños niños de la guerra se metan cada vez más y más plata.