Al igual que muchas personas en Venezuela, el joven Ricardo Carreño busca desesperadamente una manera de irse del país. Aprovechando que su perra ‘Chachi’ es una pastor alemán de raza pura, el venezolano decidió hace unos meses pedir su pata en matrimonio, para poder optar a la nacionalidad alemana y salir del país legalmente. Hoy dieron un paso importante en su plan, al celebrar su unión civil, en un evento en el que no faltó Ventarrón para el humano y mantequilla de maní para el can.

Carreño —quien aún no logra sacarse la prórroga de su pasaporte— nos contó más sobre el evento: “La verdad no fue muy difícil tomar la decisión. Yo amo a mi perrita más que a cualquier humano que conozco. Le pregunté a Chachi —perdón, a Fräu de Carreño, ¡tengo que acostumbrarme!— ‘¿quién es la más preciosa del mundo? ¿Quién?’ y cuando la vi meneando la cola, saqué el anillo y le metí el rodillazo. ‘¿Te casas conmigo? Allá en Alemania te podré comprar perrarina muchísimo mejor que aquí’ y de una empezó a ladrar y ladrar y a pasarme la lengua por la cara y a correr por todas partes. Siempre con el consentimiento en mente, mi pana. Pero sí, hoy fue nuestra unión civil. Ya la amo hasta cuando está enfermita y cuando me obliga a pasearla por tres horas, Fue el ‘sí acepto’ más fácil de mi vida. Ya estamos empacando todo para empezar una vida donde ambos podamos correr tranquilamente”, concluyó Carreño, quien salivaba casi tanto como su mascota al pensar en un futuro libre de comunismo.