Vendedor de pareos sigue mintiendo sobre los 150 usos de un pañuelo
Agustín Liberti, un argentino que se gana la vida vendiendo pareos en playa Caribe, continúa diciéndole a la gente que sus productos pueden usarse de 150 formas distintas, cuando él en el fondo sabe que no hay más de 3 o 4 maneras de amarrarse esos trapos; o 2, si la cliente está más rellenita.
Mientras se rebuscaba dándole unos masajes a unos turistas, nuestro pasante logró conversar con Marcucci, quien confesó el secreto mejor guardado de su oficio a cambio de un masaje. “¡Pfff, che, qué 150 usos ni qué pavada, boludo! Eso es un trapo, ¿viste? ¡Un pedazo de trapo, loco! Un trapo al que le hacés un nudo y ya, no te inventés una historia. ¿‘La Playa Culito’, ‘El Recogecarne’, ‘El Mírame-pero-no-me-toques’, ‘El cruzado levanta gringos’, ‘El Nalguitas’? Todo eso es un cuento, ché. Eso no existe, le cambiás el nombre y echás un chiste y ninguno se da cuenta que todas son la misma vueltica con el mismo nudo. Además, todos van hasta el culo de ron. Eso no pasa de dos o tres vueltas que le podés dar, tapar la celulitis y ya. Lo que pasa es que a mi me gusta la labia, ¿viste? Vos usás a la menos gorda de modelo, les echás el cuentico, con suerte agarrás una nalga mientras haces el nudo, te hacés el simpático y con suerte hasta te brindan una cerveza o dos, una empanada o un cigarro. Mercadeo, llámalo así si querés” afirmó Liberti, mientras aprovechaba de venderle un pareo con sobreprecio a nuestro pasante luego de convencerlo de la existencia de un estilo llamado “El fírmame-la-carta”.