El pasado sábado se llevó a cabo el juego semanal de softbol entre miembros de la Fuerza de Acción Especial (FAES), donde se desató una discusión sobre la legitimidad de un jonrón que dejó como resultado a 184 muertos en el lugar. Las víctimas del terrible evento fueron los equipos denominados Calaveras y Máscaras quienes resultaron totalmente reducidas a la nada al dispararse entre ellos al igual que el público presente, las mascotas, la fauna e incluso pueblos cercanos a la cancha.

Juan José Santos, un vecino de la zona que logró salvarse usando un Malibú 77 como escudo antibalas, comentó sentirse devastado al enterarse de las decenas de muertos. “Mira chico, a mí me pareció raro escuchar tanto tiro a esa hora, porque eran las 10am y normalmente los disparos comienzan al mediodía. Pero al saber que el ruido venía de esas canchas invadidas por el FAES, todo tuvo sentido. Cada sábado ellos se reúnen allí y juegan y a veces se caen a batazos, pero como hermanos. Esa es la hermandad del deporte, ¿sí me entiendes? Pero una lástima lo de hoy, porque a las Calaveras les estaba yendo bien esta temporada. Yo creo que podían incluso clasificar a La Serie del Infierno. La cosa es que esa gente es muy violenta. No entiendo cómo pasó, pero terminaron matando a todo el mundo que estaba alrededor de la zona. Mataron hasta a los pájaros de los árboles e incluso derribaron un avión que estaba sobrevolando. Son unos salvajes”.