En el mundo de los anexos en la casa de la abuela, el cielo parece ser el límite. Sin embargo, los funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) han llevado esta expansión a un nuevo extremo, no solo creando espacios para residir, sino también para encarcelar a los opositores del régimen de Nicolás Maduro, Cilia Flores y el tamagotchi de Nicolás Maduro. Así, han comenzado la ampliación del centro de detención más grande del país: El Helicoide, que se ha convertido en un símbolo de represión y tortura.

Mientras mezclaba cemento con una mano y daba latigazos con la otra, Fernando Díaz, comisario de la institución, explicaba los planes de expansión del edificio: “Nos estábamos quedando cortos, este mes nos volvimos locos y detuvimos más de lo que podíamos encerrar, los presos andan compartiendo celda hasta con 15 personas, cuando lo normal es que sean 14 tal y como dice el reglamento. Pero no se preocupen, que ya estamos haciéndole un anexito al Helicoide con sus grilletes, sus mazos, las fotos de Arreaza en Margarita y las copias de todas las temporadas de Superbigote para que todo funcione como es debido, hasta les conseguimos la película Superbigote: el tartaraverso infinito”, concluyó el comisario antes de estrenar las nuevas sillas eléctricas porque se le olvidó ir a la marcha.