Olga Tañón, Mujer de Fuego, Diosa del Merengue e hija de Zeus, solicitó a su padre el permiso formal para salir de su encierro de más de 5 años en el inframundo y retornar a la Tierra luego de enterarse del aumento de eventos de entretenimiento en Venezuela gracias a la dolarización. 

“Padre, Dios de Dioses, vengo a hacerte una solicitud” Exclamó una agitada Olga Tañón al momento de entrar al Olimpo luego de escapar del Inframundo tras una violenta batalla contra Cerbero, el perro guardián de Hades. “¡Venezuela me necesita, padre! Cantantes de karaoke, choferes de autobús y esposas atrapadas en matrimonios infelices desean escuchar las notas de mi divino merengue. Por favor, padre ¡Tengo ya demasiados años atrapada injustamente! Yo sé que no podía ir a Venezuela mientras me pagaran los conciertos con bolívares, pero eso cambió. El Gobierno entendió que si dejaba a los venezolanos hacer dinero, no los iban a molestar. ¿No has visto como dicen que todo está normal? ¡Desde aquí arriba puedo escuchar sus vitoreos! ¡ME LLAMAN, PADRE!” gritó Olga al momento que su cuerpo se prendía en fuego. “¡Calla, hija mía!” contestó Zeus de forma pacífica. “Solo quieres una tajada del gran lavado de dinero que ocurre en Venezuela ¿Eso es lo que quieres? ¿Trabajar con un productor enchufado, luego de todo lo que has hablado? Lo he pensado y no estoy de acuerdo con tu decisión, pero si crees que es tu destino: vete”.

El ambiente en el salón se calmó, las llamas de Olga bajaron y terminó la discusión. Con un chasquido de sus dedos, Zeus liberó a su hija, pero no sin antes tomarla de la espalda y decirle: “No olvides esto” de forma paternal mientras le entregaba su coleto celestial. Entre lágrimas, Olga le dio la espalda a Zeus y caminó lentamente del palacio hacia su libertad. Ya en las afueras del Olimpo, Olga se sintió aliviada, levantó la mano y apareció “En Honor a Mis Padres 2”, la camionetica oficial que la llevaría a su verdadero hogar: Venezuela.