Miguel Rivas, un estudiante universitario con poca solvencia económica —como cualquier estudiante—, en pro de cumplir su deseo de irse de Venezuela, decidió hoy empezar su carrera como dirigente estudiantil de oposición con el único fin de que estas acciones hagan que el Gobierno lo ponga tras las rejas como la figura de preso político, para luego ser liberado fuera de nuestras fronteras, como ya ocurrió con el activista de Derechos Humanos, Lorent Saleh.

Rivas, quien ahora basa su vestimenta en camisas Columbia, comenzó su carrera política con un discurso muy acalorado en contra del Gobierno. “Señores, señoras y Jaua del Gobierno, oíganme bien todos ustedes porque les voy a decir sus verdades en la cara: ¡Son unos espurios, criminales y culpables de que mi ex esté con otro! Y váyanse acostumbrando porque así soy yo, un venezolano que dice las güevonadas claras y raspadas. Basta ya de ver al pueblo arrodillado ante sus manipulaciones. Y para que sepan también, ¡no tengo miedo! Así que si me quieren buscar aquí estoy ahorita y más tarde estaré en mi casa que queda en la Av. Miguel Ángel de Bello Monte, edificio María Teresa de Calcuta, Piso 5, Apartamento 5-B; el intercomunicador no sirve, así que pueden decirle al conserje que les abra o simplemente gritar ‘¡Migueee!’, y yo mismo bajo. Ah, y por si necesitan más información, de preferencia me gustaría que me desterraran en España o Chile, aunque cualquier islita como República Dominicana también me sirve. Porque aquí lo que importa es defender al pueblo y que yo me vaya», aseguró Rivas mientras, con cara de alegría, era capturado por una comisión del SEBIN, sin saber que al único lugar al que emigrará será La Tumba, ubicada en Plaza Venezuela, donde recibirá un trato preferencial por al menos 4 años.