En una rueda de prensa para medios nacionales, Cecilia García Arocha, rectora de la Universidad Central de Venezuela (UCV), institución conocida lucha para no ser conocida como “la casa que perdió en contra de las sombras”, presentó el nuevo mecanismo para frenar la deserción universitaria. Este método consiste en encadenar al estudiantado de las diferentes escuelas para que no emigren.

Nuestro pasante subpagado, quien jamás será encadenado porque todo el mundo sabe que su carta de pasantías jamás será firmada —como no lo ha sido por los últimos 9 años—, recogió las declaraciones de la rectora de la UCV: “Sabemos que la universidad tiene que seguir operando, pero no hay forma de que sigamos si no tenemos estudiantes que vengan a las aulas, jueguen truco y se pierdan a hacer cochinadas en Tierra de Nadie. Por eso es que ahora los incentivamos a que se queden, poniéndoles unas pequeñas cadenitas a los pupitres, para que vean todas las cosas hermosas que tiene nuestra Alma Máter, por fa, no se vayan”, aseguró la rectora mientras mandaba a construir un muro alrededor de la Ciudad Universitaria.