El ministro Tarek El Aissami interrumpió su acostumbrada rueda de prensa de los jueves, en la cual suele hablar del poco trabajo que tiene, para opinar sobre el secuestro de Wilson Ramos, que mantiene en vilo a la comunidad beisbolera venezolana. ¿Su posición? Afirmar que, afortunadamente, la víctima no fue Magglio Ordóñez.

“Mire, mi hermano, lamentablemente no podemos esconderlas el secuestro de una celebridad; me veo obligado entonces a hablar de eso. Pero dentro de lo malo, lo menos malo: se llevaron a Wilson Ramos, que gana menos de medio millón de dólares al año. Podría haber sido mucho peor: ¿se imaginan que se hubieran secuestrado, por ejemplo, a Magglio Ordóñez? ¡A un chavista declarado! ¡No, camarada, cancelado: Dios no lo quiera!” dijo, mientras se persignaba, el ministro El Aissami.

Después de afirmar que todos los cuerpos de seguridad del Estado están concentrados en resolver este crimen, El Aissami continuó hablando sobre el tema. “El secuestro de un grandeliga como Magglio tendría consecuencias muy graves para el país. El compañero Ordóñez gana 17 millones de dólares al año, sólo por jugar; más lo que se mete en publicidad y con sus negocitos aquí y allá. ¿Se imaginan ese rescate? ¿Se imaginan ese realero entrando de un sólo golpe en la economía? ¡Eso traería distorsión a nuestro sistema financiero: exceso de liquidez, inflación e incluso el fantasma de la hiperinflación! Ramos apenas está comenzando, aún no ha firmado un contrato multianual, así que no hay de qué preocuparse mucho. Bueno, sí: me da un poco de miedo que en este momento se haya liberado de sus captores y esté cayéndoles a batazos; sería muy grave para los derechos humanos de los pobres secuestradores.” Antes de despedirse, El Aissami aconsejó a los peloteros venezolanos no venir a Venezuela, y mucho menos aún, seguir el ejemplo del Potro Álvarez y dedicarse a la música: «Eso sí que no, por favor. De pana».