Esta tarde el señor Francisco Bello gritó entusiasmado al pasar manejando su carro que estaba “vibrando demasiado alto”, pensando que al alinear sus chakras, sus energías ahora estaban agitadas y felices. Sin embargo, el señor Bello no se ha percatado aún que lo que causa ese movimiento era en realidad un amortiguador malo que lo dejará botado pronto.

Entrevistamos al señor Bello, quien se rehusaba a escuchar nuestras recomendaciones mecánicas: “¿Amortiguador? ¡Qué amortiguador ni qué ocho cuartos! A mí no me vas a bajar mi buena vibra con tu negatividad. ¡Nunca me había sentido tan ligero! Debo admitir, nunca he creído en esas vainas de las energías, las vibras, los chakras; pero de verdad que mi hija me dio unos buenos consejos porque estaba bien insoportable, lo admito. ¿Quién pensaría que meditar, respirar, prender unos palosantos y tirar unos platos al piso me harían sentir así? Mira, de verdad que yo pensé que era alguna mentirita espiritual de esa que se inventan los muchachos hoy, esa generación de cristal; pero mi hija me abrió los ojos… y la mente. ¡Hay que ver para creer! Yo pensé que esto lo sentiría mucho más ligero pero en este carro de verdad que las vibraciones se intensifican, ¡estoy vibrando demasiado alto!”, exclamó el señor Bello, antes de soltar una bendición al Universo luego de caer en otros 50 huecos de las calles de Caracas.