Joao Fernandes, dueño de la panadería “La Rottisserie Delicatessen de la Flor de La Espiga de La California”, se rehusó a cobrar un dólar al prócer estadounidense George Washington porque su billete estaba levemente arrugado.

Mientras despachaba un cachito de jamón y un Rikomalt a un cliente despreocupado del cuidado de su flora intestinal, logramos recoger las declaraciones de Fernandes: “¿La gente cree que puede venir a entregarme billetes arrugados, dañados o con serie vieja? A mí no me importa si es un prócer gringo. Mis reglas son mis reglas. La gente no sabe lo difícil que es después salir de esos billetes. Nadie te los acepta ni con un rotico, ni con un sello, ni que vengan con la firma del mismísimo Kennedy. A mí no me van a encasquetar ningún dólar dañado, ni que sea Trump” sentenció Fernandes mientras le rechazaba a George Washington su otro billete de cinco dólares porque él no da vuelto.