Se cumplen 8 años del día en el que las señoras de El Cafetal gritaron que Chávez murió en diciembre

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Se cumplen 8 años del día en el que las señoras de El Cafetal gritaron que Chávez murió en diciembre

Hoy se cumplen 8 años del día en el que las señoras residentes de la urbanización El Cafetal irrumpieron por ventanas y balcones vociferando que Hugo Chávez no había muerto aquel 5 de marzo de 2013, sino meses antes, y que su muerte estaba siendo mantenida en secreto, teoría que hasta el sol de hoy siguen sosteniendo. 

Esta mañana conversamos por teléfono —por medidas de seguridad— con la señora María Consuelo Palacios, una de las señoras que comenzó lo que expertos conocen como el Gran Griterío de Chávez del 2013: “Ay mijito, yo sí recuerdo ese día como si hubiese sido hace 8 años. ¡Qué rápido pasa el tiempo! ¿No te parece? Ya mi sobrinita hasta tiene nietos, ¡imagínate tú! ¿Que si recuerdo cómo fue ese día? ¡Ja, obvio! A ver, me desperté tardecito, como a las 5 de la mañana, hice unas arepitas y un cafecito como siempre y después me comí mi segundo desayuno, que son como cien pastillas. A mi no se me va a olvidar estar sentada viendo la televisión con mi esposo y de repente sentir esa mezcla de confusión, felicidad y rabia de escuchar que Chávez se había muerto ese día. Discúlpame la grosería, ¡pero qué falta de moral mentirle así a todos los venezolanos! ¡Si todo el mundo sabe que Chávez se murió en diciembre! Yo esperaba que esa cadena nos confirmara esa fecha, creí que iban a decirnos que tenían 3 meses en silencio, pero ¡no! Una grandísima mentira. Yo no me iba a quedar con esa así. Me asomé por mi balcón y empecé a gritarle la verdad a mis vecinos y a todo el que pasara por el boulevard de El Cafetal. ¡Eso era grito y grito y grito! En cuestión de segundos se me sumó la vecina de enfrente, Mireyita la del 2, la del 6 que es una mentirosa, la vieja bruja del edificio de enfrente —la que tiene los helechos bellísimos en el balcón— y bueno, en 5 minutos ya era toda la urbanización haciéndole saber a los venezolanos que realmente el Innombrable tenía meses muertos. Nadie nos los agradeció”, comentó María Consuelo, quien desde ese día no ha dejado de pegar gritos desde su balcón.

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