Arquitectos de toda Europa, reunidos esta semana en Venecia para celebrar la afamada e importante Bienal de Arquitectura de esa ciudad, acordaron de manera unánime otorgar el León de Oro al puente caído de Cúpira, por su sobresaliente logro de integrar «de manera sutil y orgánica» la obra hecha por el ser humano con la naturaleza salvaje del Tercer Mundo.

Giacomo Liazzi, curador de la muestra, fue el encargado de leer el veredicto: «El puente de Cúpira, esa magna obra, logra lo que todo arquitecto ha soñado desde que el ser humano comenzó a construir: que la obra que sale de sus manos se integre de manera armónica con la naturaleza. El jurado fue unánime: este puente es una obra maestra, algo que solo podia provenir de esa ingenuidad näive del habitante del trópico. ¿Te imaginas todo lo que esa gente podría hacer si estudiara?» afirmó Liazzi, mientras lograba poner un cuarto de kilo de caviar en una tostadita.

«Fíjense en la pureza de la línea de este puente yaciendo en el lecho del río: como la curva fragmentada se impone sobre la fría recta, como el material noble se integra con la vegetación, el contraste hermoso, balanceado entre el gris del concreto y el marrón de las aguas del río. Es la naturaleza que ama tanto el diseño que lo hace suyo, se apropia de él. Es algo que no sé como explicar: no sólo porque las palabras no me salen, sino porque tengo la boca llena de champaña y es de mala educación seguir hablando» afirmó el intelectual europeo, mientras daba su firma para respaldar alguna matanza en África.

Los presentes aplaudieron con entusiasmo la intervención de Liazzi; al final, pudimos recoger algunas de las impresiones de los afamados arquitectos presentes:

– «Increíble. ¡Cinco estrellas! No veo la hora en que el Rhin o el Danubio tengan puentes tan logrados como éste» —- Jürgen Fregish, arquitecto austríaco.
– «Un nuevo hito de la arquitectura tercermundista. Después de ver cosas tan magníficas como este puente, o la Torre de David puedo afirmar, con propiedad, que el futuro de nuestro arte está allá en esos países pobres» — Jacques Croce, Decano de la Facultad de Arquitectura de La Sorbona.
– «Como arquitecto y como ciudadano europeo exijo, demando ver nuestro continente lleno de obras con esta gracia, con este furor, con esta poesía. Aprendamos de ellos, seamos más como ellos» —- Eugenio Bassols-Busquets, arquitecto catalán.