Familia decide vacacionar "barato" en Higuerote y gasta equivalente a viaje a Suiza
Luego de pasarse 15 días en las costas de Barlovento, «en plan caleta, sin lujos, ni mariqueras»; la familia Andrade reconoció que sus vacaciones pasarán a la historia como las más caras que han pasado en su vida.
«Como la cosa está apretada, este año decidimos dejarnos de pendejeras y pasar quince días de vacaciones en Higuerote, para no gastar tanto. Al final, te lo juro por este puño e’ crcues, gastamos más o menos lo que nos hubiera salido un viaje a Suiza. No te rías, que la vaina es en serio» afirmó Luis Emilio, el padre de la familia. «Gastamos una pelota de plata. Esa vaina fue una hemorragia de real, y eso que llegamos a la casa de un tío de mi cuñado, que nos prestó la casita por allá cerca de Carenero. ¡Qué desgracia!» afirmó Lourdes, su esposa, mientras daba una lata de sardinas a su familia como cena: «Ey, cuidaíto con arrugar la cara, que esto es lo que toca por el resto del mes, hasta que cobremos».
«Mira, mi pana, que foul tan arrecho. Como el plan era económico, escogimos Higuerote porque bueno, queda al laíto de Caracas, podíamos ir manejando. Primer error: nos echamos 5 horas y media. Por supuesto, en la cola, no habíamos pasado Guatire y nos habíamos comido los sanduchitos que habíamos preparado, todos húmedos ya. El primer coñazo fue cuando nos antojamos de comernos unas cachapitas y un chicharrón: ¡casi doscientos bolos!» afirmó, compungido, Luis Emilio, mientras mordisqueaba una de las sardinas. «Lo que hice, durante las dos semanas, fue bajarme de la mula. Y di tu que uno no es de lujos, de salir a rumbear ni un coño, más bien el plan era tranquilazo. Pero eso es coñazo tras coñazo: que si se acabo el bronceador, que si hay la cavita de anime y las birras, que si hay que pagarle al señor que cuida la casa, que si el pescaíto frito y los tostones, que si hay que comprar velas y plagatox porque se va la luz y nos acribilla la plaga. No puede ser, cada vez que pelaba la cartera era un sablazo mínimo de 50, 100, mi pana. Y bueno, si vas sumando, te das cuenta que al final nos hubiera salido mejor irnos a Europa. A cualquier destino.» dijo el atribulado Luis Emilio. «Lo peor es que uno gasta ese realero y no conoces nada: a Puerto Francés intentamos entrar 3 veces y nunca pude. Nos tocó bañarnos en Playa Chocolate. Bueno, te miento: si conocí una vaina. El cajero del Provincial. Tuve que ir como 6 veces a sacar más real».