El fin de semana se acerca y con él llega el final de 28 millones de quincenas, que a pesar de que pondrán resistencia, serán cruelmente aniquiladas por la noche del viernes, el sábado y el domingo.

«Ya estoy acostumbrado a verla morir. Cada dos domingos la veo caer, allí tirada, en la calle, en mi estómago, en mi despensa»

–Luis Tovar

Luis Tovar, empleado bancario y quién recibió su quincena el día de hoy, ya fue testigo de como el viernes por la tarde le quitó la mitad de sus ingresos. «Ya estoy acostumbrado a verla morir. Cada dos domingos la veo caer, allí tirada, en la calle, en mi estómago, en mi despensa. No me alcanza para nada. Ella llora, sufre, pone resistencia. Pero siempre, el fin de semana siempre vence. Si el viernes en la noche no la mató, seguramente lo hará el sábado. Y lo poco que quede, el domingo se encargará de terminar el trabajo. Es muy violento y trágico» dijo Tovar quién veía rápidamente llegar a cero su cuenta bancaria.

Por su parte el Viernes en la Noche, miembro del fin de semana, explicó que «yo solo hago mi trabajo, no es mi culpa. Sé que puedo ser un poco despiadado. Sobretodo si los dueños de la quincena son una pareja o si es un hombre soltero que invitó a salir a alguien. ¿Ustedes saben lo que cuesta que una pareja salga a comer sushi? Ni les digo para que no se amarguen. Pero no me van a decir que el sábado no es peor. A ese sí hay que tenerle miedo, y si hay día de hacer mercado, peor. Y el domingo, ni hablar. Para la quincena de la gente que tiene hijos, el domingo es un asesino despiadado. Se lleva todo en comida de feria de centro comercial, en helados y en cine. Es inclemente el domingo» dijo el Viernes en la Noche mientras pensaba en cuantas quincenas se gastará en cerveza.