A continuación procederemos a mostrarles, en exclusiva, la carta que nuestro querido dictador Nicolás Maduro le enviará al presidente de los Estados Unidos Donald Trump. El mensaje, al que tuvimos acceso debido a que nuestro pasante subpagado mata tigres corrigiendo la ortografía del primer mandatario nacional, es un contundente documento de respuesta diplomática a la negativa de la Casa Blanca de atenderle el teléfono a Maduro:

Caracas, 22 de agosto de 2017.

Señor Presidente Donald Trump.
Casa Blanca, NY.
Presente.-

Es Nicolás. Nicolás Maduro, el mandatario de Venezuela, que es un país en América del Sur. Te lo aclaro porque sé que ustedes los gringos son medio brutazos con los mapas y esas cosas de la geometría. Te mando esta carta con un abrazo soberano, patriótico, bolivariano y revolucionario y con letra tamaño 22, porque vi una foto tuya viendo el eclipse sin lentes. Yo lo hice y quede alumbrado.

Sin darle mucha vuelta, Donald: estoy molesto contigo. Como lo oyes. Estoy molesto contigo y tu gobierno, por las sanciones. No puedo creer que te vayas a poner con esas. No tengo problema con tus sanciones hacia mí, más bien me honran porque mis amigos comunistas ahora me van a ver con orgullo. Paga tu bronca conmigo, no con los funcionarios. No hay derecho a que un país venga a perjudicar a una pobre gente que se parte el lomo robando todo el año. No hay derecho que en nombre de una ideología se dañe a una gente que se esfuerza tanto en lucrarse para poder echarse su descansadita en el imperio, en su yate, en su penthousito o penthousitos. Así que demandamos respeto, exigimos que se devuelva —intacto— cada jetski, cada millón, cada mansión. De lo contrario, no respondemos.

Lo otro, la Guerra Económica. Seré bien claro y contundente. Exigimos con firmeza a tu Gobierno que deje de meternos en la cabeza esas ideas de imprimir billetes y de seguir imponiendo restricciones absurdas como locos. Sabemos que ustedes tienen su HAARP y su ACME y su KFC con lo que nos manipulan y nos hacen hacer cosas que no queremos. Como cuando el Coyote hipnotizaba al Correcaminos, para comérselo. Está claro que ustedes son el Coyote que quiere comernos, pero nosotros somos como el Correcaminos. ¡Nunca van a atraparnos! ¡Nunca! ¡Lo prometemos por Chávez, por Zamora, por Quetzacóatl, por Tin Tán y Resortes, por Katy Perry, por Mahatma Gandhi y su hija Mestoyca!

No quería despedir esta carta, Donald Trump, sin reiterar mi pedido de respeto. ¡Respeto! ¡Respeto! ¡Respeto y más respeto! ¡Respet for que others te respect you, Míster Trump! Así como allá en los United States respetan a los mariconsones, a los gordos, a los feos, a los lesbianos, a las abuelitas que montan patineta y a los neonazis, respeten a este gobierno que lo único que quiere hacer es hacer lo que les dé la gana sin que ninguna ley pueda frenarlo. De lo contrario no respondemos. Hablando de eso, respóndeme las llamadas, vale. ¿Tú no sabes lo difícil que está llamar para afuera? CANTV apenas funciona para llamadas locales. Voy a intentarlo otra vez más este fin de semana, con Skype, para estrenar mi Wetcam.