El día de hoy, los 3 empleados del Instituto Postal de Venezuela (IPOSTEL) se manifestaron “absoluta, completa y totalmente colapsados” con la llegada de 47 paquetes pesados, “todos anónimas, todos con la leyenda ‘Gracias pero por favor no devolver’, todos dirigidas al Palacio de Miraflores”.

Ante la presunción de que pudiera tratarse de un atentado, y la imposibilidad de que IPOSTEL metiera los 47 paquetes en su única camioneta operativa, funcionarios de la policía científica se acercaron hasta un depósito del correo para abrirlos, donde confirmaron que se trataban de las réplicas de las Espadas de Bolívar que nuestro primer mandatario ha estado regalando a diestra y siniestra a presidentes y dictadores de todo el mundo.

De inmediato el ministro de Relaciones Exteriores convocó a una rueda de prensa, en la cual anunció a la colectividad que en efecto todo el mundo estaría devolviendo las referidas réplicas, como una precaución. “Luego de los terribles sucesos que han acaecido en el Medio Oriente, el día de hoy pudimos detectar que todas las espadas de Bolívar han sido devueltas. Los amigos de IPOSTEL nos llamaron y observamos que han llegado a nuestro país 47 réplicas de la espada de nuestro Padre Libertador, todas con notas en la que se leían palabras como ‘pava’, ‘mala suerte’, ‘gracias pero no la queremos’. Ustedes saben que todos estos dictadores son en extremo supersticiosos, y no soy yo quién para juzgarlos, pero algo tiene que haber, ¡porque si no no hubieran durado tanto!” afirmó Nicolás Maduro, ministro de Relaciones Exteriores, mientras ordenaba a uno de sus funcionarios subalternos a que ofrecieras esas espadas a mitad de precio en MercadoLibre.com.

Nuestro Pasante Subpagado recurrió a su ya habitual disfraz de damnificado, que tantas puertas le ha abierto, para obtener una impresión sobre el ánimo del Presidente. Ya adentro del Palacio, le preguntó al primer mandatario ¿Qué le parecía lo de Libia?, y este manifestó desconocer absolutamente lo del tema: “En Telesur y en VTV no han dicho nada. Tienes que estar equivocado, muchacho: si hubiera pasado algo, ya mi hermano Muammar me hubiera llamado”. No pudimos saber qué le parecía el hecho de que dictadores de todo el mundo estuvieran devolviendo la espada de Bolívar, como «precaución ante la pava»; apenas le consultamos esto, un edecán nos hizo señas de que cambiáramos el tema. “Aquí lo que el muchacho quiere saber es que si hoy hay para la cena arepas con jamón de espalda, de ese que estamos produciendo en Bolívar, mi Comandante-Presidente”.