Capriles descubre que lleva 3 semanas visitando la misma casa
Casi de manera accidental, el candidato presidencial Henrique Capriles Radonski, descubrió durante la tarde de hoy que llevaba tres semanas visitando la misma casa en Guárico y nadie le había dicho nada.
“No me vas a creer esto: me di cuenta que era la misma casa por el café. Cuando me ofrecieron el mismo café malazo, con sabor a tierra por décima vez fue que cai en cuenta: por aquí ya pasé yo. ¡Qué bolas!” aseguró el precandidato en una rueda de prensa, donde le ofreció disculpas a la familia Soto por haberlos importunado tantas veces. “¿Qué te puedo decir? No me di cuenta, tú sabes que esas casas del interior son todas igualitas; todas con su zaguancito y sus patios y sus ventanas. Y la misma gente, todos sentaditos en esos corredores, en sus sillitas de mimbre y cabilla y cable, todos hablando igualito. Con esta gente me da pena, chico: cada vez que entraba, la señora me ofrecía un café horrible. Que me disculpe la señora Soto, pero qué café tan malo, pana. Según me dice mi equipo, lo que pasó fue que nunca salimos de Valle de la Pascua. Seguíamos en la misma cuadra, dando vueltas. Briquet me decía en cada vuelta que estábamos en un estado distinto: que si Aragua, que si Cojedes, que si Portuguesa… pero no, la verdad nunca salimos de Guárico. Por eso le prohibí a Briquet que manejara el autobús, qué muchacho tan desastroso» comentó Capriles, mientras le preguntaba a una viejita si ya la había besado para besarla por cuarta vez.
Por su parte, la señora Julia Soto, aseguró haber sido un poco incómodo recibir al candidato tantas veces ya que ella es chavista. “Imagínese usted, el candidato majunche me tocó la puerta y yo siempre tan educada le abrí la puerta. Noooo, mi amor, eso sí que te lo tengo yo, seré pobre pero educada, carajo. Pues le abría la puerta al majunche este y hablé con él, le sonreí y fue al baño. Lo que me pareció raro fue que al día siguiente, el Caprilito vino a visitarme de nuevo, me hice la loca y lo recibí de nuevo. Pero a la tercera vez que ese hombre apareció en mi casa me pareció que era un demente. Además que siempre aparecía y una estaba haciendo alguna vaina: viendo la novela, colgando la ropa en el cable, persiguiendo al carricito para que se pusiera los interiores, lo normal, pues. Hasta me pidió el baño una vez. ¿Qué se cree ese señor, que mi casa es una gasolinera? Me seguía preguntando qué cuáles era mis problemas y yo le decía que ya le había dicho nueve veces, igual volvió a tomarse una foto conmigo y se fue. Al final como que se dieron cuenta y se fueron de mi cuadra, ya casi vivían aquí.” explicó la señora Soto, momentos antes de limpiar el patio para recibir la visita de Chávez por Google Earth.