Guerras de bombas de agua, comparsas y ligar Naiguatá con lo que sea: ninguna de esas tradiciones de carnaval se cruzó con Luis Martínez, un joven caraqueño que se quedó en Caracas para disfrutar de la ciudad sola porque todos están en la playa, o eso cree, porque la verdad es que todos menos él emigraron de Venezuela.