Niño lanza bombita de agua sin saber que en dos días costará el doble
Antonio Rivas, o «Cuello», como sus amiguitos lo conocen, por causa de su largo cuello, ha pasado todo lo que va de carnavales lanzándole bombitas de agua a todo aquel que pase frente a su casa. Autobuses, carros, personas en bicicleta, señoras, niñitas: todos han sido víctimas de su certero brazo. Sin embargo, hay algo en lo que «Cuello» no ha reparado aún: cada una de esas bombitas de agua costará el doble, o un poco más, en apenas dos días.
«¿Qué? ¿Inflación? ¿Qué es eso, chico, tú estás loco? ¿Cómo van a costar el doble en dos días, si en dos días ya nadie va a comprar bombitas de agua? ¡Además, si las suben no me importa, porque total yo le saco los billetes de la cartera a mi mamá para comprarlas. Yo la única inflación que conozco es cuando inflo estas bombitas. Ya estoy hecho un verdugo, las pego al grifo y las inflo en un segundito, y nunca se me rompe el arito de la bomba. Pero pilla, pilla: mira como le meto esta bombita a aquel indigente que va allá en la acera. Al final hasta un favor le estoy haciendo, porque está hediondo. ¡Zuuuuuu! ¡Jajajaja, perfecto! ¡En toda la espalda! ¿Viste?» le gritaba, eufórico, «Cuello» a nuestro pasante subpagado, que obviamente se quedó trabajando en carnavales y que obviamente fue empapado por «Cuello» apenas terminó esta entrevista.
«Cuello» fue enfático en señalar que a él, a sus 9 años, no hay inflación ni devaluación que pueda asustarlo. «A mi me da miedo el mostro que vive debajo de mi cama, o que me camine una araña por la noche mientras duermo. Por eso siempre mi mamá me deja prendida una lucecita en la mesita de noche. Si te da miedo eso de la devaluación, mi pana, dile a tu mamá que te ponga esa lucecita. No falla. No falla. Así como no me voy a fallar yo a aquella señora gorda que va allá, mira» dijo «Cuello» segundos antes de estrellarle una bombita en la cabeza a Juan Barreto.