María Flores, una señora de la ciudad de Maracaibo, acudió la mañana de hoy al psicólogo luego de molestarse por sentirse feliz tras haber conseguido pollo en el mercado.

«Tuve que ir al psicólogo porque tenía una mezcla de sentimientos que no podía entender. Después de 3 semanas sin encontrar pollo, de repente ésta mañana llego al mercado y consigo pollo. Allí, sin cola, sin número, sin pagarle a un bolsero, nada… acostadito congelado en la cava de pollos que tenía meses apagada ¡Que bolas! ¡Sentí una felicidad tan grande que me llené de arrechera! ¿Por qué me tengo que sentir feliz de semejante estupidez? Estoy segura que hasta en Haití la coñitas hacen sus mercados y consiguen pollo y yo acá, alegrándome por eso. Parezco Yoani Sánchez.» Declaró la señora Flores mientras el psicólogo le pasaba la factura por encontrar la respuesta que necesitaba dentro de ella misma.

La señora María Flores le explicó a nuestra redacción la agonía que sintió cuando también la llamaron del SAIME para decirle que había llegado el pasaporte por el que tanto había esperado. «¡Malditos degenerados! Me llamaron para decirme que me había llegado el pasaporte y que hasta me lo podían enviar a mi trabajo ¡Sentí una alegría como nunca, como cuando Maite ganó el Miss Venezuela ¡Que bolas! Yo sé que no debería alegrarme por recibir algo tan básico, pero no me importa ¡YA TENGO PASAPORTE, ME VOY PA´ARUBA!”