El presidente de Gambia, Yahya Jammeh, anunció hoy que destinarán el donativo de 22 millones de dólares que recibirán en días próximos de Venezuela en la construcción de una inmensa valla luminosa que dirá «¡Gracias, Venezuela!». Este anuncio estará ubicado en la azotea de un casino/parque de diversiones situado en Banjul, la capital de ese país africano.

«Gracias a este amable donativo, nuestra capital podrá reforzar su iluminación. No, nada de invertir en sistemas de generación de electricidad o en alumbrado público. Estuvimos revisando unos panfletos y unos trípticos, y decidimos irnos por toda la calle del medio: una valla luminosa de 50 x 22 metros, con más de 100.000 bombillos de neón y lámparas incandescentes, que dirán «Gracias Venezuela». No, nada de celdas solares, fuentes alternas, bombillos LED o mariqueras ahorradoras. ¿Para qué, si esto no nos cuesta un carajo? ¡Esta valla irá directo al libro Guiness!» anunció Jammeh, mientras secaba unas lágrimas de emoción al develar los planes de la valla. «El resplandor que generará esta valla será suficiente para iluminar las calles del centro de Banjul; servirá de faro y baliza para los barcos y aviones que se dirigen a nuestra ciudad y además permitirá iluminar 1.500 hogares, siempre y cuando no tengan persianas o cortinas oscuras. Para compensar a nuestros hermanos venezolanos, estamos haciendo una colecta en nuestras plazas y calles, para recoger velas y enviárselas, como un gesto de solidaridad con este hermoso país. ¡Gracias, Margarita! ¡Gracias, Zulia! ¡Gracias, Maracay! Es más: ¡Gracias, Venezuela, porque si me pongo a enumerar uno a uno los pueblos con los que sentimos gratitud, me voy a perder mi cita con el manicurista» afirmó Jammeh, mientras enviaba su limosina a los Estados Unidos para que le colocaran un quemacocos con jacuzzi.

Intentamos conocer la opinión de voceros del oficialismo y la oposición, pero nos fue imposible conseguir a alguno disponible que quisiera opinar sobre el tema. La mayoría de sus familiares o asistentes nos dijeron que se encontraban trancados en un ascensor, o comprando velas, o que tenían el teléfono sin pilas y no tenían como cargarlo; todo esto nos hizo sospechar que existe una carencia muy marcada de excusas en ambas alas de la vida política nacional.