Mientras desmentía las denuncias hechas por el único canal privado que se medio atreve a denunciar algo, el vicepresidente Elías Jaua afirmó que la razón por la cual los apartamentos de Ciudad Caribia no tienen paredes es conceptual. En sus propias palabras, eso se habría hecho así «para incentivar en nuestros ciudadanos la sensación de libertad, que es la prioridad de este gobierno».

En un discurso dado en Ciudad Caribia a tempranas horas de la mañana, Jaua fustigó la denuncia hecha por Globovisión. «Para nadie es un secreto que el capitalismo se basa en la opresión del individuo; las grandes empresas buscan que la gente se sienta atrapada para que no piense, para que consuma y produzca sin cesar. Pero aquí llegó el socialismo del siglo XXI, para acabar con esto. En estos 600 millones de apartamentos que estamos construyendo en Ciudad Caribia, la gente va a vivir sin paredes. ¡Libertad, libertad para los dignos habitantes de esta magna obra de la Revolución! ¡Que usted se levante y que lo primero que vea es el verdor del Warairarepano, que usted esté almorzando -si es que puede- y sienta el viento en la cara, que se esté bañando y se le meta en el baño un zamuro, eso es vivir en conexión con la naturaleza, eso es dignidad, ¡vida!» afirmó Jaua, mientras le pedía a uno de sus asistentes que no se recostara mucho de esa columna, porque les habían recortado el seguro de salud.

Jaua desestimó a quienes señalan que un apartamento sin paredes puede atraer a la delincuencia. «¿Ustedes han visto algo más feo que una casa llena de rejas, o esos muros con vidrios picados pegados en el tope? Eso es horrible, mi camarada. En cambio, estos apartamentos abiertos son una obra de arte, algo tan estéticamente hermoso que no habrá malandro capaz de alterar su belleza. Además, esos ladrones son gente que adora un reto; y no creo que los entusiasme mucho esto de entrar y salir como Pedro por su casa. Pero, ¿de qué carajo estoy hablando? ¡Si todos saben que este gobierno acabó con el hampa! Perdón, debe ser tanta belleza arquitectónica, que me subyuga el alma» dijo Jaua, mientras pedía a los presentes que se abstuvieran de aplaudir, no fuera a ser que se le cayera el friso al techo con la vibración.