Juan Luis Cáceres, un señor de 45 años, tomó la decisión definitiva para proteger sus ahorros de la inflación: muriéndose.

En un contacto telefónico desde el cielo, Cáceres explicó lo que hizo: «Antes de morirme, yo les hable claro a mis conocidos y les dije, miren no me alcanza el dinero para nada. No puedo ahorrar, no puedo comprar nada, todo cada vez es más caro y además no tengo para comer ni para salud. Entonces prefiero morirme y no tener esa plata en bolívares en el banco haciendo nada. Lo traumático fue que la mitad de mi dinero la gasté en el velorio y el entierro. Lo bueno es que en Venezuela que te maten… es gratis» dijo Cáceres mientras aprovechaba para bañarse ya que en el cielo no se va el agua.